Sentir que te miran por encima del hombro no es agradable. Ya sé que es cuestión de percepción en la batalla de ofendidos, pero la lucha por el voto va de esto. De que hay quien se siente insultado y despreciado por los que, además, manejan el dinero de sus impuestos. La victoria de Le Pen en Francia , como antes la de Meloni o la de Milei, como la previsible de Trump en noviembre, dará mucho juego a los politólogos, pero en una universidad con sesgo de izquierdas nadie dirá la perogrullada: es una respuesta de cajón a esos