En la puerta del Auditorio Nissan Cartuja dos encuestadores de la Bienal abordaban con sus tablets a la gente que se acercaba: «Hola, ¿le puedo hacer unas preguntas?» Eran cuestiones rutinarias, sobre los usos y costumbres de los aficionados, pero llegaron dos gitanos escrupulosamente acicalados y, una vez terminado el muestreo, exclamaron: «¿Ya? ¿No me vas a preguntar quién es el mejor? El mejor es Pedro El Granaíno . Y te lo digo sin que haya empezado a cantar». El enorme cartel de Miquel Barceló de la entrada hizo las veces de photocall. Los asistentes se retrataban por turnos frente