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Una cómoda victoria con triple susto (77-56)

Una cómoda victoria con triple susto (77-56)



Dos días después de ceder en el WiZink Center, el Real Betis Baloncesto resolvió sin apuros y con un ejercicio de seriedad y profesionalidad, aderezado de algunos chispazos de brillantez, un trámite copero que lo dejó con el susto en el cuerpo. Y fue triple. Rubén López, que regresaba de lesión y salió como titular, Pablo Marín y Kasibabu no pudieron acabar el partido por culpa de diferentes percances físicos. El primero duró poco más de dos minutos en pista y los otros dos se lastimaron en el epilogo, en los últimos cinco minutos, cuando el botín del triunfo llevaba mucho tiempo ya amarrado. La prioridad en un encuentro de este tipo, trámite a efectos clasificatorios, siempre es salir indemne a nivel físico, pero no se le cumplió este deseo al Betis Baloncesto, que tiene lesionado a Jelinek y el domingo afronta un duelo dificilísimo en casa ante un rival directo como el San Pablo Burgos. Lo de este choque contra el Algeciras de Copa de España adquiría la categoría de entrenamiento con público porque el Betis tenía ya el billete sellado para la siguiente fase. No había nada en juego y el equipo verdiblanco quiso lamerse las heridas del traspié con el Movistar Estudiantes a golpe de triple. Su primer cuarto, de casi nula presencia en la pintura a nivel ofensivo, se basó básicamente en eso. Tenía prisas el Betis, pero lo que fabricaba en su mente no lo materializaban las muñecas. De los once intentos desde la cuerda, sólo acertó tres y su tiro de campo tras el primer asalto reflejaba un pobre 23%. Le daba para mandar, pero con lo justo. Con los servicios mínimos. Afortunadamente, el Algeciras le copió la estrategia con idéntico resultado (3/10). Con tanto yerro, Radoncic se puso las botas en el rebote. Tras el concurso de triples del primer acto, al Betis no le salían las cuentas: apenas trece puntos anotados y dos de ventaja sobre su rival. Nada más arrancar el segundo, Benite firmaba la segunda canasta de dos puntos de los verdiblancos y Radoncic, qué poderío en el rebote, rondaba ya los diez rechaces… sin haber anotado. Pablo Marín conectaba con Domènech en el poste bajo (17-14), justo cuando Gonzalo García comenzó a experimentar en el quinteto empleando a dos bases (Marín y Renfroe) o una pareja poco habitual por dentro (Doménech y Suárez). El partido invitaba a ello. Al uso de la probeta con una rotación larga en la medida de lo posible para dosificar recursos. El Betis ya no parecía tan monocorde. Siguió buscando el triple, pero también diversificando su juego, activando otras armas. Ya no era un baloncesto de monocultivo, aunque el Algeciras no desfallecía. Benite entraba en calor y taladraba el 26-20 que apremiaba el tiempo muerto visitante. Los gibraltareños, pensando en su liga, se estaban tomando en serio el pleito aunque nada hubiera en juego. Con un triple de Benite desde el logo del Caja 87, el Betis ya abría brecha (31-20) a cuatro minutos del receso. Desde el rebote defensivo, absolutamente controlado (26 capturas al descanso, diez más que su rival), los verdiblancos salían disparados hacia el aro rival. Hughes rompía una feble zona dos-tres (37-22) con el partido convertido en un correcalles. Ataques rápidos y poco control aunque hacía rato que los anfitriones se empleaban con dos bases. Dos canastas de Suárez abrochaban el cuarto y ponían la máxima ventaja (41-26) tras un segundo parcial de explosión anotadora en verdiblanco (28-15). El Betis había pasado del 23% al 46% en el tiro. Un crecimiento sustancial. Tras el intermedio, Pablo Marín seguía en el quinteto, repartiendo juego, y Benite afinaba su tiro. Qué falta le hacía el brasileño tras su querer y no poder del domingo en Madrid. La confianza es fundamental en un anotador. En un pispás, el Betis ya estaba 21 arriba tras dos maniobras excepcionales de Marín y un triple de, claro, Benite, en ignición. Un alley oop entre Cvetkovic y Kasibabu le añadía al guiso el picante del espectáculo (53-33). Después de un triple de Cvetkovic, con una diferencia difícilmente reparable ya en el marcador, al Betis se le pararon los motores en ataque y el encuentro entró en una fase de lo más anodina en que la que pocas cosas sucedieron, al margen del regreso de Radoncic a pista, pero esta vez para jugar de alero. De Bisschop machacaba a dos manos (61-39) y el tercer parcial se zanjaba con un clarificador 62-42. Hacía rato que el pleito estaba más que definido. Era cuestión de que corriesen los minutos y ya, sin despistarse, reservarse pensando en el choque del domingo ante el San Pablo Burgos, la gran cita de la semana para el Betis. Viene el líder de la categoría y, con él, Bruno Savignani y Pablo Almazán. Bajó el pistón el equipo mientras el Algeciras se afanó en recortar cargando el juego sobre Efambe e Ikepze, sus dos interiores más físicos. No lo consiguió. Había más faltas que puntos, que ya caían a cuentagotas. Lo poco brillante que fabricaba el Betis salía de las manos de un iluminado Cvetkovic, trazando líneas de pase con escuadra y cartabón (60-48) antes de que se cortase la respiración en San Pablo con los percances, uno detrás del otro y en la misma canasta, de Pablo Marín, que se llevó las manos a la cabeza tumbado en la pista y salió cojeando, sin poder pisar; y Kasibabu, protagonista de una mala caída que lo llevó directamente al banquillo de una noche plácida, sellada con victoria, que se agrió al final por las posibles lesiones en un plantel que no deja de sufrirlas en las últimas semanas.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-11-12 21:22:13

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