El Real Madrid debutó en Euroliga con una derrota ante el Bayern en Múnich, y ya son tres las que acumula en los cuatro duelos que ha disputado en esta campaña. No hay crisis, pero sí se puede empezar a hablar de bache. Los pupilos de Chus Mateo, tras aguantar un chaparrón de triples, deshicieron una desventaja de dobles dígitos gracias a Musa , un anotador feroz como no hay dos en el continente. Campazzo y Tavares remataron la faena del bosnio y, cuando la victoria estaba cerca, sufrieron un apagón monumental en el último cuarto. El base argentino tomó malas decisiones, acabó desquiciado y expulsado, y, ante tal oportunidad, Napier y Voigtmann arruinaron el estreno blanco. Los merengues están en construcción, son cuatro fichajes y seis bajas con respecto a la temporada anterior. No hay prisa, menos cuando se habla del rey de Europa, pero lo cierto es que sus primeros pasos en estas primeras semanas de campaña eran para arquear la ceja ligeramente. Más aún tras ver cómo reaccionaron sus jugadores ante el eléctrico inicio de Bayern, que gracias a sus veloz circulación y al acierto de Obst desde la línea de tres sacaron una jugosa ventaja en los primeros minutos de duelo. Se atascaban los madrileños en ataque y, ante la baja de Hezonja , inminente padre, Chus Mateo dio minutos al jóven Hugo González , la perla de la cantera. El alero añadió bastante energía a la rotación visitante y Musa, como siempre, empezó a enlazar canastas con una regularidad pasmosa, once puntos para el bosnio solo en el primer cuarto. Pero los alemanes eran todos francotiradores, sobre todo Voigtmann , indetectable por Ibaka gracias a su amplia movilidad. Al menos, todo lo que sufría el africano en defensa lo compensaba con su buen hacer en el otro lado de la pista. Parecía que el Madrid estaba a años luz del Bayern, pero un triple desde el centro del campo de Rathan-Mayes , exquisita su técnica, permitió que los blancos vencieran de tres al final del primer cuarto. El ritmo era altísimo y los teutones seguían enfocando todo su juego hacia el perímetro. Los estadounidenses Edwards y Napier desmenuzaban la defensa rival sin gran esfuerzo, no le sentaron muy bien al Madrid las rotaciones y su único faro eran las inventivas de Rathan-Mayes en ataque. Pero la pizarra de Gordon Herbert , el técnico que hizo a Alemania campeona del mundo en 2023, estaba haciendo estragos y la ventaja bávara no paraba de crecer. Ante la falta de ideas, Tavares, Campazzo y Llull formaron un aquelarre que permitió al Madrid volver a acercarse en el marcador al descanso (52-51). La mecha bávara pareció apagarse gracias a la defensa visitante, bien orquestada por Tavares y Abalde . El Bayern sumaba pérdidas y el Madrid las castigaba con contundencia gracias a un Musa excelso tras un par de duelos algo tímido. Los blancos vieron la oportunidad y se desmelenaron, cada jugada era para enmarcar, como un pase de Campazzo por la espalda que acabó en un dos más uno de Tavares . El caboverdiano aumentó sus prestaciones, amplió su dominio y el Bayern se comenzó a desangrarse, solo encontraba alivio en las genialidades de Booker. Estaban contra la pared y los alemanes apostaron por la agresividad en defensa para ganar terreno. Voigtmann recuperó la finura desde la línea de tres, a su causa se unió Giffey , y de la nada el Bayern consiguió igualar el marcador. Había resucitado, perdía por 10 y ahora ganaba por cinco. Era el Madrid el que necesitaba una buena noticia, alguien que tomase decisiones certeras, pues Campazzo no estaba nada acertado y su par, Napier , no paraba de martillear el aro blanco. El argentino se equivocó al hacer la guerra por su cuenta, acabó expulsado tras encararse con los árbitros, y los alemanes, muy pragmáticos, finiquitaron su gran noche.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-03 21:02:23
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