Contrario a sus primeras señales, este viernes Andrés Manuel López Obrador eludió reconocer el fallo del Tribunal Superior de Venezuela que ratificó el triunfo fraudulento de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del mes pasado. Hace dos semanas López Obrador había coqueteado con el chavismo pero ahora ha vuelto a mostrarse alineado con Luiz Inacio Lula Da Silva , quien le exige desde hace semanas a Maduro que muestre actas que darían sustento al resultado anunciado por el órgano estatal venezolano. «Vamos a esperarnos, porque ayer el Tribunal sostiene que ganó la elección el presidente Maduro y, al mismo tiempo, recomienda que se den a conocer las actas. Creo que hay una fecha en la resolución, entonces vamos a esperar», aseveró López Obrador en su conferencia de prensa diaria. Según pudo conocer ABC de fuentes diplomáticas, Maduro ya ha incumplido con dos plazos que se habían acordado para mostrar las actas. En la cancillería mexicana crece la teoría de que el chavismo no muestra las actas porque son muy similares a las que ya ha revelado la oposición y que le dan un triunfo rotundo a Edmundo González . López Obrador está presionado por dos frentes respecto a Venezuela. Por un lado tiene el pedido de Brasil de exigir las actas a Maduro que se complementa además con la visita de Lula a México que se estaría planificando para el mes que viene. Según informaron a ABC desde el gobierno mexicano, el presidente brasilero vendría en un viaje de estado en el cual además respaldaría la reforma judicial de López Obrador . El presidente mexicano ha emprendido una agresiva reforma judicial que propone que los jueces se voten por elección popular. Un proyecto que viene acompañado de duras críticas a la Corte Suprema y que, esencialmente, acusa a los jueces de frenar, con amparos y juicios, las políticas de redistribución del ingreso hacia los más vulnerables. El mismo discurso de Lula y su partido en Brasil, algo que se intensificó cuando el presidente brasileño enfrentó el escándalo de la trama Odebrecht que habría de llevarlo a prisión. Desde que ganó las elecciones en Brasil Lula le prometió una visita a López Obrador. El principal nexo entre ambos es Lázaro Cárdenas Batel, excoordinador de asesores de López Obrador y futuro jefe de la oficina de Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia de México en octubre. Lula además es miembro activo del Grupo de Puebla , liga de políticos de la centro izquierda de Iberoamérica donde el tema de reforma judicial está muy presente por las teorías de ‘lawfare’ que allí han instalado el exjuez Baltazar Garzón y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El otro límite de López Obrador para reconocer a Maduro es Washington. La relación con la Casa Blanca está convulsionada porque el embajador estadunidense en Ciudad de México, Ken Salazar, ha rechazado tajantemente la reforma judicial de López Obrador. Ante esto el gobierno mexicano ha dicho que Salazar tiene actitudes injerencistas. La reforma es un problema para Estados Unidos porque a lo largo del gobierno de López Obrador las empresas y los inversores de dicho país han rebatido en los tribunales las políticas del gobierno que buscaban regular diversos sectores de la economía, como el energético. La elección de jueces anula ese salvoconducto y, según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, «violenta la seguridad jurídica». Si López Obrador reconoce a Maduro incrementa la tensión con Estados Unidos especialmente porque, como confirman desde la Cancillería mexicana, el secretario de Estado Antony Blinken le pidió al mandatario mexicano que no reconozca a Maduro. Estados Unidos se ha pronunciado abiertamente en favor del opositor González.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-08-24 15:02:17
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