Durmiendo en casa así encontró el cuerpo sin vida de Carlos Ferrando , de 76 años, su amiga íntima la actriz Alejandra Grepi . Ella tenía llaves de la casa, pero hacía un par de días que el periodista no le cogía el teléfono, algo que era bastante habitual en él. «Carlos se olvidaba el móvil en cualquier parte de la casa y podía estar un día o dos sin mirarlo», explica el periodista César Heinrich , una de las personas más importantes de la vida de Ferrando, junto con su madre, tal y como él mismo dijo en su entrevista en ABC, con motivo de la publicación de sus memorias ‘La delgada línea rosa’ (La Esfera de los Libros), en octubre de 2022. Cuando Alejandra intentó abrir la puerta del domicilio se dio cuenta de que la llave estaba puesta porque Carlos siempre lo dejaba así cuando estaba en casa, para que no se le olvidasen al salir. Eso les hizo saltar las alarmas. «Avisamos al Samur y se presentaron allí junto con los bomberos. Aún tenía pulso, pero muy débil, intentaron reanimarlo varias veces, pero no se pudo hacer nada», explica Heinrich, quien agradece el cariño con el que fue atendido Ferrando por todos los servicios de emergencia. El tanatorio será mañana jueves desde las 14 horas en San Isidro y, a las 20 horas, su incineración. El periodista gozaba a sus 76 años, de una salud de hierro, tanto es así, que en su última entrevista para este periódico reconocía que la primera vez que había pisado un hospital en su vida había sido para ponerse la vacuna del Covid. Lo único que tenía diagnosticado desde hacía muchos años era una hernia estomacal que fue aplazando hasta que hace unos meses pasó por el quirófano y lo dejó solucionado. «Todo salió perfectamente, de hecho, solo pasó una noche en el hospital», según Heinrich. Un coágulo posterior le obligó a pasar de nuevo hace un mes por el quirófano, pero todo quedó perfecto. Así que la muerte de Carlos Ferrando fue dulce, una parada cardiorrespiratoria mientras dormía en su casa de Madrid. «Al final se ha salido con la suya porque él siempre decía ‘yo me quiero ir sin joder a los amigos’ y así ha sido», confiesa Heinrich. Aún le cuesta hablar de Ferrando en pasado, «más que un padre como él te dijo, creo que era su hermano pequeño», replica en conversación con este periódico. Las últimas apariciones públicas de Ferrando en televisión fueron en un especial sobre la vida de Carmina Ordoñez , emitido hace un par de meses en Telemadrid y su participación en el documental sobre Tino Casal emitido en La Sexta a principios de este mes de agosto. Ferrando era de rituales fijos; desayunaba todos los días en una cafetería cercana a su domicilio, un café con leche y unos churros recién hechos y raro era el día que no veía una película como el cinéfilo empedernido que era. «También necesitaba socializar, ya sabes que no podía tener la lengua quieta. Varios días en semana se sentaba en una terraza del barrio e invitaba a la gente que pasaba y le saludaban con cariño, a que se sentaran y le contaran cosas y él les contaba sus batallitas», recuerda Heinrich. Karmele Marchante o Lydia Lozano fueron compañeras y amigas íntimas. Esta última no ha podido contener las lágrimas esta mañana al ser preguntada por Ferrando. «Estoy impactada, le quería muchísimo, todos los famosos también y le cogían el teléfono. Como anécdota recuerdo que él estuvo presente la noche que Madonna quería ligarse a Banderas en el Palace, sabía muchos secretos de mucha gente», compartía emocionada Lozano con ABC, después ha compartido en sus redes sociales una fotografía que tenía junto a Ferrando y Cindy Crawford , enmarcada en su casa. Carlos, al igual que Jesús Mariñas , también tristemente desaparecido, crearon escuela en esto del periodismo rosa. Uno de sus pupilos, el periodista Saúl Ortiz , director de los exitosos formatos ‘Juntos’ y ‘Viva la Tarde’ en Telemadrid también le ha dejado en shock la noticia de la muerte del que considera su ‘maestro’: «Le conocí en Telecorazón que se emitía en Ono y nos dio la primera oportunidad a muchos de los que hoy estamos haciendo televisión. Ahí se forjó una gran amistad, hasta el punto de que me fui a Cuba con él de viaje y recuerdo que me llevó a una fiesta ilegal de las que hacían con transformistas y vino la policía y fue muy divertido, una experiencia genial. Luego le tuve como colaborador en la revista que fundé, en ‘Fiesta’ (Telecinco) y el último programa que hizo fue un especial sobre Carmina Ordoñez , hace dos meses aquí en Telemadrid. Es una pena y creo que le podíamos haber dado más espacio televisivo en los últimos años, del que le hemos dado», se lamenta Ortiz . Precisamente en Cuba es donde según Heinrich dejó dicho que se esparciesen parte de sus cenizas el día que falleciese. «Siempre decía que era su segunda casa, viajaba varias veces al año, allí tenía muy buenas amigas y amigos. Fíjate como sería su amor por Cuba que cuando tenía dos duros, cogía un avión el jueves y volvía el lunes». Fallecida su madre a la que estaba muy unido, su ‘familia’ son sus amigos «los que estábamos más cerca», se refiere Henrich a él a Grepi y algunos más. Con el resto no tenía ninguna relación. Otra cosa es que ahora aparezcan algunos de sangre reclamando algo que en vida no supieron querer ni apreciar, ya que según fuentes cercanas a Ferrando, no hizo testamento en vida. A estas alturas ya estará organizando alguna tertulia en el más allá con sus divas y amigos famosos como Sara Montiel o Esperanza Roy a las que tanto quería y protegía. Se fue convencido de que lo último que iba hacer era el libro, aparte de dejarnos crónicas de culto en ‘Diario 16’ y momentos televisivos irrepetibles con su lengua mordaz y su particular estilo tanto a la hora de hablar como de vestir. «Quiero que me recuerden como alguien que les hizo reír, que sabía contar las cosas y esconder las que no quería contar», dejó dicho en ABC. Así será.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-08-14 15:18:35
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