La política exterior española se ha convertido en un campo de decisiones personales de Pedro Sánchez, que no solo carecen de consenso con el Partido Popular, principal partido de la oposición y única alternativa de gobierno, sino también de la colegialidad del Consejo de Ministros y de debate en el Parlamento. La proyección internacional de España se ha mantenido sobre raíles más o menos estables, con episodios críticos como el apoyo a la coalición internacional que derrocó a Sadam Hussein, pero marcada, en general, por una coincidencia básica de los dos grandes partidos –PSOE y PP– sobre los foros sensibles