No estar a la altura de las circunstancias (sexuales) es uno de los mayores miedos de los hombres. La disfunción eréctil afecta a uno de cada cinco varones de entre 25 y 70 años. Una prevalencia que aumenta notablemente con la edad hasta llegar al 50% entre los mayores de 70 años. Tampoco hay que agobiarse cuando pasa de forma puntual, pero si la situación se vuelve habitual durante al menos seis meses , hay que consultar con el especialista. Primero, porque puede ser la primera señal de alarma de alguna otra patología y, segundo, porque tiene solución. «La disfunción eréctil es la incapacidad para tener una erección satisfactoria que permita una relación sexual adecuda. El hecho de que pase una o dos veces no es significativo. Debe estar mantenida durante al menos tres meses», explica el doctor Françoise Peinado , urólogo y andrólogo, especialista en salud sexual masculina, jefe de Servicio del Centro médico-quirúrgico Olympia y del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo 39. La mayoría de las veces, lo que hay detrás son causas orgánicas. «Lo más frecuente es que sean pacientes con problemas cardiovasculares , como diabetes, hipertensión, colesterol, pero no lo saben. Acuden a nosotros porque la enfermedad cardiovascular se refleja primero en el pen e, donde las arterias son muy finas. La disfunción eréctil actúa como la punta del iceberg», señala. El problema es que, muchas veces, son pacientes que llevan años con estas patologías, sin saberlo, porque son indoloras y, a diferencia de las mujeres, en los hombres sigue faltando esa cultura de la revisión. «Hay que insistir en la prevención. Hacerse un chequeo general a partir de los 40-45 años: tomarse la tensión en casa y mirar la glucemia y el perfil lipídico una vez al año. En caso de anomalías, nos permitirá tomar medidas, prevenir futuros eventos cardiovasculares y problemas de erección . Si no haces nada, estás abocado al riesgo de tener una patología muchas veces de difícil solución después de tantos años en estas condiciones», advierte el doctor Peinado. El envejecimiento también es una circunstancia que influye en la disfunción eréctil, pero muchos pacientes se sorprenden cuando comienzan los episodios con 50 años . «Les ves en consulta con una obesidad abdominal importante, sin actividad física, y con una mala salud metabólica. La disfunción eréctil es el reflejo de su situación, que, si no cambia, irá a peor», prosigue el experto. Por eso es importante, como parte del tratamiento, cambiar el estilo de vida. También hay que ser realista con las expectativas, según la edad. El envejecimiento afecta a la erección, igual que aparecen otros problemas de salud asociados al desgaste. «No se puede estar como con 20 años y esto muchos hombres no lo asumen. Quieren tener esa capacidad de erección de los 25-30 años. El asunto se complica más en estos momentos, donde muchos hombres, que asocian la capacidad de erección con un símbolo de masculinidad, tienen nuevas parejas y mucho más jóvenes», explica el experto. El primer gran pico de los problemas de erección suele producirse a partir de los 45-50 años. Aunque los expertos consultados para este reportaje reconocen que cada vez atienden a personas más jóvenes. En esta franja de edad, hay razones orgánicas, pero también psicológicas detrás. «Es un reflejo en general de la situación metabólica, ya que cada vez hay más jóvenes diabéticos; de la cantidad de ansiolíticos y antidepresivos que toman; o de los fármacos para el pelo, como finasteride . Y todo unido al nivel de exigencia de los jóvenes por la proyección de imagen que quieren tener», sostiene el jefe de Servicio del Centro médico-quirúrgico Olympia y del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo 39. El doctor José Enrique Robles , especialista en Urología en la Clínica Universidad de Navarra, confirma que, hace unos pocos años, no se imaginaban que iban a tener consultas de jóvenes de veintitantos años . Aunque a estos pacientes también hay que estudiarlos adecuadamente desde el punto de vista cardiovascular porque puede ser un marcador precoz, el especialista señala que detrás de estas consultas lo que suele haber es un problema de que «las expectativas son superiores a las realidades . Quieren ser máquinas y no lo somos». Además, los más jóvenes han roto el tabú y no dudan en consultar con el especialista. El tratamiento de primera línea para la disfunción eréctil son los fármacos orales, como viagra y sus derivados, con los que, en general, se obtiene una buena respuesta. El especialista receta uno u otro en función de la edad del paciente, número de relaciones, etc. Si no funcionaran bien, hay otras opciones. La segunda línea son las inyecciones con fármacos dentro del pene. Tienen una alta tasa de éxito, pero también de abandono porque el sistema de aplicación no es el más cómodo. Y cuando no hay respuesta a ningún fármaco, se valora la prótesis de pene . «Es un dispositivo de dos cilindros que se inserta en el pene, con una pequeña bomba dentro del escroto. No se ve nada por fuera. Y el paciente puede tener las erecciones que quiera, el tiempo que quiera. Es una solución definitiva», expresa el doctor Peinado. El 27 de marzo de 1998 es una fecha histórica para los hombres de todo el mundo. Fue el día en el que empezó a comercializarse Viagra , nombre con el que se conoce a la primera píldora contra la disfunción eréctil masculina. El descubrimiento de este fármaco fue producto de la casualidad. La compañía farmacéutica Pfizer se dio cuenta cuando trabajaba en un tratamiento para combatir la hipertensión y los problemas cardíacos. En aquellos ensayos se detectó que el citrato de sildenafilo, que es un potente vasodilatador, incrementaba el flujo de sangre en el interior del pene, causando así la erección. Desde entonces, se han sumado otros tres fármacos orales de su misma familia: tadalafilo (Cialis), vardenafilo (Levitra) y avanafilo (Spedra). Y como ya hemos comentado, más allá de las pastillas, existen otras soluciones para los casos en los que el paciente no puede tomarlas o no dan el resultado esperado: las inyecciones de fármacos en el pene y, como última opción, la prótesis. Aunque desde 1998 no ha habido otro descubrimiento igual de revolucionario en este ámbito, se siguen estudiando soluciones a la disfunción eréctil. El Departamento de Urología de la Clínica Universidad de Navarra ha puesto en marcha un ensayo que busca revertir la impotencia con una inyección de Onabotulinumtoxina A (bótox) en los cuerpos cavernosos del pene . El objetivo, según el doctor José Enrique Robles, es encontrar «un tratamiento efectivo, seguro y duradero. Confiamos en que su efectividad se pueda mantener, al menos, durante los seis meses posteriores a la inyección». El origen de este ensayo es buscar una alternativa a la medicación oral, que no siempre funciona y que, además, necesita tomarse a demanda, según el tiempo que tarde en hacer efecto, por lo que hay que planificar las relaciones y eso le quita parte de espontaneidad. La inyección de bótox, que se pondría cada seis meses, «promete unos buenos resultados con poco esfuerzo y poca invasividad. De lo que conocemos y podemos intuir, la probabilidad de respuesta favorable está en torno al 60%. Es un buen porcentaje, pero no infalible», reconoce el doctor Robles. El ensayo clínico, que contará con más de 100 pacientes mayores de 30 años, con respuesta mala o mediocre a la medicación oral, incluirá un grupo de control al que se administrará placebo. El procedimiento es ambulatorio, sin efectos secundarios y prácticamente indoloro. La principal ventaja de este nuevo tratamiento en estudio respecto a los ya conocidos es que se evita la ingesta de medicación todos los días o previa a la actividad sexual. Del bótox se conoce su seguridad y efectividad, ya que se ha aplicado en diversos campos de la medicina. «La erección es un fenómeno que necesita de la dilatación de las arterias del pene para que éste aumente de tamaño y consistencia. El fármaco (bótox) lo que hace es relajar esos músculos de los vasos sanguíneos, aumenta el flujo sanguíneo y propicia las condiciones para lograr obtener y mantener una erección. En sí mismo el fármaco no produce erección, necesita estimulación sexual», explica el especialista de la CUN. Además, de todo lo anterior, existen otros tratamientos, que tienen menos evidencia o funcionan solo en pacientes muy concretos, explica el doctor Eduardo García Cruz , especialista en Urología, como son «las ondas de choque de baja intesidad, que está en vías clínicas y disponible hace 15 años. Hay bastante evidencia de cuándo usarlo». «Otros tratamientos con menos experiencia son el plasma rico en plaquetas o la radiofrecuencia. Son prometedores en los estudios, pero falta evidencia para saber en qué pacientes va a beneficiar más. Y luego las células madre, pero está en un estado muy experimental», enumera el experto. Los tres especialistas coinciden en que la disfunción eréctil se puede prevenir o, al menos retrasar, si se mantiene un estilo de vida adecuado , con una dieta mediterránea, ejercicio físico regular, descanso de calidad, control del estrés y evitación de tóxicos como el tabaco y el alcohol. El envejecimiento no es una condena en sí mismo. El doctor Eduardo García Cruz asegura que uno de cuatro hombres de más de 80 años tienen buenas erecciones y una vida sexualmente activa. A todas las recomendaciones anteriores, este especialista añade otra más actual: «los que ahora tienen 20 años deberían intentar evitar el porno lo máximo posible. Puede dar problemas de erección o deseo».
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Author : (abc)
Publish date : 2025-01-14 01:36:00
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