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Qué ver y qué hacer en Sevilla en tres días

Qué ver y qué hacer en Sevilla en tres días



Visitar una ciudad como Sevilla supone descubrir uno de los lugares más fascinantes de España . Y es que la capital hispalense es un destino que deja huella, aunque como en cualquier viaje, hay que saber sacarle el máximo partido. Por eso, desde ABC de Sevilla , te proponemos recorridos para uno, dos o tres días , con los que podrás explorar los lugares imprescindibles y experimentar lo mejor de esta ciudad única. Desde los monumentos emblemáticos hasta los rincones con más encanto y los sabores auténticos del tapeo sevillano , cada día será una inmersión en todo lo que engloba Sevilla. Así, cuando te marches de la ciudad, lo podrás hacer habiéndote impregnado al máximo de la historia, la cultura, la tradición y la gastronomía de Sevilla . En primer lugar, comenzamos exponiendo una ruta por Sevilla para los que solo tengan un día para visitarla , en la cual constan los monumentos y lugares imprescindibles que todo visitante debe conocer a su paso por la capital de Andalucía. Se puede empezar el día visitando uno de los monumentos más emblemáticos de Sevilla: la majestuosa Catedral y la Giralda. Considerada la catedral gótica más grande del mundo , este impresionante templo, declarado Patrimonio de la Humanidad, cautiva con su arquitectura monumental y su interior cargado de arte e historia. Recorriendo sus naves se pueden admirar detalles como el imponente altar mayor, la tumba de Cristóbal Colón y los magníficos vitrales. Además, la visita no estaría completa sin subir a la Giralda, antiguo minarete de la mezquita sobre la que se construyó la Catedral . Desde lo alto, se disfruta de unas vistas panorámicas espectaculares de Sevilla. Aprovechando el recorrido por el casco antiguo, otra visita imprescindible es el Real Alcázar de Sevilla, uno de los palacios en uso más antiguos de Europa y una joya del arte mudéjar . Este majestuoso conjunto monumental, declarado también Patrimonio de la Humanidad, es un reflejo de la historia multicultural de Sevilla, con influencias islámicas, góticas, renacentistas y barrocas en sus salones y jardines. Recorrer sus patios y estancias, como el impresionante Patio de las Doncellas y el Salón de Embajadores , transporta a épocas pasadas de la mano de su exquisita decoración, con azulejos coloridos, arcos tallados y techos artesonados. Además, una experiencia imperdible en el Real Alcázar no es otra que pasear por sus extensos jardines , donde fuentes, naranjos y palmeras crean un oasis en pleno centro de la ciudad. Para continuar, podríamos dirigirnos al río Guadalquivir para contemplar el icónico Puente de Triana, oficialmente conocido como el Puente de Isabel II. Este puente de hierro forjado, construido en el siglo XIX sobre el antiguo puente de barcas, conecta el centro de Sevilla con el emblemático barrio de Triana , siendo uno de los lugares más fotografiados y simbólicos de la ciudad. Cruzarlo a pie es una experiencia en sí misma, ya que ofrece unas vistas magníficas del río y de las dos orillas. Desde ambas también se puede contemplar el propio puente; desde el lado de Triana, en la calle Betis o en el Paseo de la O, y en la otra orilla, desde el Paseo de Colón o el Muelle de la Sal. Llega la hora del almuerzo y, para conocer de verdad la gastronomía sevillana , nada mejor que disfrutar de un auténtico serranito. Este bocadillo especial, servido en infinidad de bares de la ciudad, es una delicia que nunca pasa de moda. Con tres ingredientes fundamentales – carne, jamón serrano y pimiento verde asado , el serranito es una explosión de sabor tradicional, perfecta para recargar energías a mediodía. De por sí, la versión clásica es un acierto asegurado, aunque también hay variantes para todos los gustos: algunos le añaden tortilla francesa, otros prefieren un toque de alioli o unas rodajas de tomate fresco, haciendo de este bocadillo un plato que se adapta a cada comensal. Así, te proponemos una ruta por los siguientes bares para comerte el auténtico serranito sevillano ; un plato sencillo y lleno de sabor, una parada gastronómica obligada. Después de disfrutar de un buen serranito, un paseo por el Parque de María Luisa es ideal para bajar la comida y sumergirse en uno de los pulmones verdes de Sevilla . Este magnífico parque, con sus jardines frondosos, fuentes, estanques y esculturas, es un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza en medio de la ciudad. Además, este parque esconde rincones encantadores como la Glorieta de Bécquer, el Monte Gurugú o la Isleta de los Patos , donde muchos sevillanos se detienen a descansar. Así, con su atmósfera tranquila y pintoresca, el Parque de María Luisa es el lugar perfecto para descubrir el lado más sereno de Sevilla. Si se recorre el Parque de María Luisa, no se puede pasar por alto otro de los lugares más impresionantes de Sevilla: la majestuosa Plaza de España. Construida para la Exposición Iberoamericana de 1929, esta plaza es un verdadero espectáculo arquitectónico que combina estilos renacentista, barroco y mudéjar en un diseño semicircular. La plaza está rodeada por un edificio de ladrillo adornado con torres, balcones (a los que se puede subir) y arcadas, y en su base se despliegan coloridos bancos de azulejos que representan a cada una de las provincias españolas. Además, el canal que bordea la plaza permite paseos en barca que dan una perspectiva diferente y encantadora del lugar. Para poner el broche final a un día recorriendo Sevilla, nada mejor que subir a Las Setas, en la Plaza de la Encarnación. Esta moderna estructura, oficialmente conocida como Metropol Parasol, es la más grande del mundo en madera y destaca por su forma vanguardista y sus amplias dimensiones , que la convierten en un emblema de la Sevilla contemporánea. Desde su mirador, situado en lo alto, se pueden admirar vistas panorámicas espectaculares de la ciudad; además, si la visita se realiza al anochecer, la experiencia es aún más mágica, ya que la estructura se ilumina. Si se tiene la suerte de poder pasar un segundo día en Sevilla, las opciones para ver y visitar son mayores, lo cual permite adentrarse aún más en los encantos de la ciudad . Con lo cual, aparte de los monumentos imprescindibles, la ruta de un segundo día en Sevilla incluye lugares aún más puros, incluso planes que pueden hacer los propios sevillanos asiduamente. Si tienes un segundo día en Sevilla, dedicar tiempo a recorrer el barrio de Triana es una excelente manera de sumergirte en la esencia más auténtica de la ciudad. Este barrio, cuna del flamenco y con una identidad marcada por siglos de tradición, invita a perderse por sus calles llenas de historia y encanto. Caminar por la emblemática calle Betis , junto al río Guadalquivir, ofrece vistas maravillosas del centro de Sevilla, mientras que las calles Pureza, San Jacinto, Castilla y Alfarería te llevan por rincones llenos de vida. Además, Triana alberga joyas arquitectónicas como la Parroquia de Señora Santa Ana , conocida como la «Catedral de Triana», o el Centro Cerámica Triana , donde conocer más sobre uno de los sellos distintivos del barrio Otro plan imprescindible para un segundo día en Sevilla es visitar la icónica Torre del Oro, la antigua torre defensiva que se erige junto al río Guadalquivir. Construida en el siglo XIII por los almohades, esta torre, que debe su nombre al brillo dorado que proyectaba sobre el agua antiguamente, ha sido testigo de la historia marítima y comercial de Sevilla. Hoy en día, alberga el Museo Naval, donde se pueden explorar objetos, mapas y documentos que narran la importancia histórica del río y la navegación para la ciudad. Además, desde su terraza superior se obtiene una vista magnífica de Sevilla. A medida que avanza el día, un paseo por el barrio del Arenal al mediodía permite disfrutar de uno de los rincones más animados y tradicionales de la ciudad. Además, en esta zona de la ciudad se encentra la famosa Plaza de Toros de la Maestranza, considerada una de las más bellas y emblemáticas del mundo taurino. Un monumento no solo admirable por su majestuosa fachada neoclásica, sino también por su interior, con un museo que alberga una valiosa colección de arte y objetos relacionados con la tauromaquia . Por otra parte, en el Arenal también se puede disfrutar de una amplia bares y restaurantes. Acercándose la hora de comer, es el momento perfecto para disfrutar de la gastronomía local en alguno de los lugares más emblemáticos de Sevilla. Y es que no se puede dejar pasar la oportunidad de visitar alguno de los establecimientos más queridos por los sevillanos, donde disfrutar de multitud de especialidades arraigadas ya en el patrimonio hispalense . Como claros ejemplos, podemos mencionar las clásicas espinacas con garbanzos de El Rinconcillo , el piripi de la Bodeguita Antonio Romero (que es un montadito de lomo de cerdo, beicon, queso, una rodaja de tomate y alioli), las cremosas y sabrosas croquetas de Casa Ricardo , o el afamado vino de naranja de la Taberna Álvaro Peregil . Comer en estos locales no solo brinda la oportunidad de saborear platos deliciosos, sino también te conectar con la auténtica cultura y el acogedor ambiente sevillano. Después de comer, nada como una agradable visita al Museo de Bellas Artes de Sevilla; un plan imprescindible para los amantes del arte y la historia. Este edifico alberga una impresionante colección que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XX , destacándose especialmente por su magnífica selección de obras de grandes maestros sevillanos como Bartolomé Esteban Murillo y Diego Velázquez . En sus salas se pueden admirar algunas de las obras más representativas del Barroco español, así como piezas de arte religioso que reflejan la rica herencia cultural de la ciudad. Por otro lado, además de las obras que alberga, el museo en sí es un espacio encantador, donde disfrutar del arte en un ambiente tranquilo. Para culminar el segundo día en Sevilla, un paseo por el encantador barrio de Santa Cruz al atardecer es la manera perfecta de cerrar la jornada. Este antiguo barrio judío, con sus calles empedradas y fachadas encaladas, está lleno de rincones mágicos y cargados de historia, como el Callejón del Agua o la Plaza de las Cruces . Además, en esta zona se encuentra el Hospital de los Venerables , un impresionante edificio barroco, fundado como un hogar para los sacerdotes ancianos y enfermos, y destaca por su impresionante arquitectura barroca, que hoy en día alberga un centro de arte. Y si fuese posible ampliar la estancia en Sevilla, un tercer día permitiría, sin duda, conocer aún más en profundidad la ciudad, pudiendo recorrer lugares menos asiduos en los principales itinerarios , así como disfrutar de la cultura sevillana de una forma más relajada. Así pues, si se tiene un tercer día en Sevilla, una visita a la Basílica de la Macarena es un plan esencial para comprender la profunda devoción que los sevillanos sienten por sus tradiciones religiosas. Este magnífico templo, ubicado en el barrio de La Macarena, es el hogar de la Virgen de la Macarena , una de las principales devociones de la ciudad. En la basílica también se encuentra Nuestro Padre Jesús de la Sentencia , otra obra maestra que atrae a numerosos fieles y visitantes. La Hermandad de la Macarena es la más grande de Sevilla, con un gran número de hermanos y un impresionante cortejo de nazarenos que procesiona en la Madrugada del Viernes Santo. Para los que no visitan Sevilla en Semana Santa, visitar templos como la Basílica de la Macarena permite apreciar la pasión y la devoción que caracterizan al mundo cofrade en la capital hispalense. Además, la basílica alberga un museo-tesoro donde se exhibe un amplio patrimonio perteneciente a la corporación. En la capital hispalense se respira también pasión por el fútbol, siendo además la ciudad hogar de dos de los equipos españoles que más afición concentra: el Sevilla Fútbol Club y el Real Betis Balompié . Con lo cual, dedicar un rato a visitar sus estadios puede ser también un plan a considerar, sobre todo para los amantes del fútbol. Y es que tanto el Ramón Sánchez-Pizjuán como el Benito Villamarín ofrecen visitas con las que conocer lugares como sus salas de trofeos, los vestuarios, las salas de prensa o el césped, entre otras instalaciones. Para realizar el tour por el estadio sevillista habría que desplazarse al barrio de Nervión , siendo el acceso más sencillo desde el centro de la ciudad. Para realizar el tour por el estadio bético habría que desplazarse al barrio de Heliópolis , recorriendo toda la Avenida de la Palmera. Cómo no, una de las mejores maneras de sumergirse en la cultura sevillana es acudir a un tablao flamenco para disfrutar de un espectáculo en vivo. Y es que Sevilla es la cuna del flamenco, y la pasión y el arte de este baile tradicional se pueden experimentar en diversos tablaos repartidos por la ciudad, ofreciendo cada uno de ellos una atmósfera única y envolvente. Sin duda, una experiencia inolvidable, donde la música y la danza se entrelazan. Después de una deliciosa comida en alguno de los restaurantes mencionados, nada mejor que disfrutar de una merienda al más puro estilo sevillano. Y es que, en los gastronómico, la ciudad es también famosa por sus dulces típicos, habiendo varios lugares emblemáticos donde satisfacer estos antojos. Por ejemplo, se puede ir a la Confitería La Campana para deleitarse con unas exquisitas torrijas , o bien probar unos buenos churros con chocolate del kiosco del Puente de Triana ‘Los Especiales’ . Para los amantes de los pasteles, la Confitería Ochoa y Manu Jara ofrecen una variedad de opciones irresistibles. Para seguir disfrutando de un tercer día en Sevilla, una visita al Palacio de Dueñas es una experiencia que no te puedes perder. Este magnífico palacio, construido en el siglo XV, es una de las joyas arquitectónicas de la ciudad y refleja la mezcla de estilos gótico, renacentista y mudéjar que caracterizan a la arquitectura sevillana . El palacio, que fue la residencia de la Duquesa de Alba, ha sido testigo de numerosos eventos históricos y culturales, lo que le confiere un aura especial. Durante la visita, se pueden explorar sus salones ricamente decorados , que albergan una valiosa colección de arte y mobiliario, así como disfrutar de sus cuidados jardines . Y como broche de oro a un tercer día y a una estancia en Sevilla, un plan ideal es disfrutar de una ópera en el Teatro de la Maestranza. Una experiencia inolvidable en un lugar emblemático de la ciudad, conocido por su arquitectura moderna y su excepcional acústica . Ofrece una variada programación que abarca desde óperas clásicas hasta conciertos de música contemporánea y ballets . Además, los menores de 30 años pueden beneficiarse de un descuento del 80% en las entradas. Por otro lado, también puede explorarse el teatro antes de la función, pues se ofrecen visitas guiadas que permiten descubrir todos los secretos y rincones de este fascinante edificio. Estas son las propuestas que damos desde ABC de Sevilla para visitar la capital hispalense en uno, dos o tres días. No obstante, la ciudad cuenta con otra gran variedad de planes , por si se prefieren otras opciones o la estancia es mayor.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-11-06 07:14:21

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