De manera sorpresiva, en instantes que la violencia criminal no da tregua al Ecuador y el país está sometido a jornadas nocturnas de cortes de luz , el presidente Daniel Noboa anunció que enviará a la Asamblea Nacional un proyecto de ley para eliminar el artículo 5 de la Constitución que prohíbe el establecimiento de bases militares extranjeras e instalaciones con propósitos militares. El texto de la reforma ya fue enviado a la Corte Constitucional para el control constitucional previo del proyecto que determinará el mecanismo para la reforma parcial a la Carta Magna vigente que impide bases extranjeras en territorio nacional, al señalar que: «Ecuador es un territorio de paz. No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones con propósitos militares». En un vídeo colgado en las redes con el que se hizo el anuncio, el presidente Noboa arguyó que, en un conflicto transnacional en contra del crimen organizado , se necesita respuesta nacional e internacional; mientras que la presidenta de la Comisión de Soberanía y Seguridad de la Asamblea Nacional, Inés Alarcón, del movimiento oficialista ADN, declaró que tiene que ser tramitada de manera urgente y que «allí se va a demostrar de qué lado de la historia está cada legislador». Observadores consultados consideran la decisión como una «jugada política maestra» del oficialismo, porque una postura negativa de los bloques parlamentarios repercutiría de manera negativa en las urnas, ya que el país sufre el acoso de las bandas del crimen organizado vinculadas al narcotráfico y la narrativa que se ha impuesto es que la salida de las tropas estadounidenses de la Base de Manta es el origen de la penetración de los cárteles de la droga y la instalación de la violencia, en un país que era reconocido como isla de paz, pese a estar entre Colombia y Perú, los dos mayores productores de coca del mundo. Fue, justamente, durante el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017) cuando se escribió una nueva Constitución (2008) y se puso la prohibición de tener bases extranjeras. Con esa ley, Correa no renovó el convenio de la Base de Manta, ubicada en la Costa del Pacífico, en la provincia costera del mismo nombre, desde 1999. Ese Gobierno argumentó que tener una base militar extranjera en territorio nacional atentaba contra la soberanía del Estado, aunque la base tenía la asistencia técnica y estratégica de los militares de Estados Unidos, pero estaba dirigida por ecuatorianos. Para Daniel Noboa, la salida de la base militar «se trató de un pacto con el crimen organizado». En el escenario electoral como el que vive el país, la mayoría de los sectores políticos, incluidos algunos de la oposición, han anunciado que apoyarán con su voto el cambio constitucional para la instalación de bases militares extranjeras, aunque también podría requerir del pronunciamiento del pueblo en las urnas. El único sector que ha rechazado y anticipado que se opondrá es el de la Revolución Ciudadana, del correísmo. Desde Caracas, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que lo integran, entre otros países, Venezuela Cuba, Nicaragua y Bolivia expresó su «seria preocupación» por el anuncio del presidente ecuatoriano, señalando que admitir bases militares extranjeras en el continente representa una amenaza para la paz y la estabilidad de la región.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-09-18 21:11:43
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